sábado, 22 de noviembre de 2014
domingo, 26 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
Aerosoles anti-gato
Ocurrencias de mi padre humano
Yo tengo un gato que tenía muy malas costumbres (aclaracion: esto es mentira de mi papa). Un día se le dio por defecar sobre la ropa de mi mujer así que compre un desodorante que tiene un olor algo fuerte. Es un repelente para gatos y perros y no solo a los animales repele porque todos los que han estado en casa cuando yo tiraba esa porquería comenzaban a toser y se les cerraba la garganta y sentían una sensación muy fea.Un día vi que el gato tironeaba y mordía un botón o algo así que hay en el sofá. Decidí echar un poco de esta sustancia y esperar a ver la reacción del animalito.
De golpe lo vi venir corriendo, saltando por los sillones y se dirigía directo al botón.
El gato al sentir el olor freno su carrera en seco y se dio media vuelta alejándose.
Se me ocurrió que si utilizando este spray podía evitar que el gato se acerque a cosas rociadas con el desodorante pues entonces si rociaba alrededor de él lo obligaría a quedarse quieto en su lugar. No iría a ningún lado, se quedaría allí porque no podría pasar la barrera del inefable repelente cuyos ingredientes descubrí un día que comía una ensalada. Era clarísimo el repelente estaba echo a base de cebolla y cilantro.
En fin, tome al gatito y lo pare en medio del living, destape el desodorante y a una distancia de unos 20 centímetros del gato comencé a rociar el piso con el spray. Lo hice alrededor del felino, cercándolo. El gato me miro con cara de asco, abriendo su hocico dejando ver sus dientecitos, y se fue. Simplemente se fue.
El gato al sentir el olor freno su carrera en seco y se dio media vuelta alejándose.
Se me ocurrió que si utilizando este spray podía evitar que el gato se acerque a cosas rociadas con el desodorante pues entonces si rociaba alrededor de él lo obligaría a quedarse quieto en su lugar. No iría a ningún lado, se quedaría allí porque no podría pasar la barrera del inefable repelente cuyos ingredientes descubrí un día que comía una ensalada. Era clarísimo el repelente estaba echo a base de cebolla y cilantro.
En fin, tome al gatito y lo pare en medio del living, destape el desodorante y a una distancia de unos 20 centímetros del gato comencé a rociar el piso con el spray. Lo hice alrededor del felino, cercándolo. El gato me miro con cara de asco, abriendo su hocico dejando ver sus dientecitos, y se fue. Simplemente se fue.
Las travesias de Palomo
Mi historia contada por mi papá
En el viaje de Chile hacia Argentina tuve varias complicaciones y una de ellas tuvo que ver con el Servicio Agricola y Ganadero de Chile, el SAG.
Pasar por la frontera a Palomo -mi gato- no fue un capricho, se trataba de no abandonar en Chile a un gatito que habíamos encontrado en la calle porque alguien lo había abandonado antes.
Palomo llego a nosotros (me refiero a mi esposa y a mi) el día 7 de diciembre de 2008, un mes después de nuestro casamiento y dos meses después de mi llegada a Chile.
Eva vio que nos seguía con su cola parada, maullando y con cara de contento.
Yo no di mucha atención porque creo que si decidís tener una mascota debes darle el cuidado y la atención que merece. No son personas pero son bichos vivos y merecen respeto, cuidado y afecto.
Eva lo recogió temiendo que los autos lo atropellasen y allí supe que era imposible hacer que lo suelte.
Esa madrugada comenzó la historia de Palomo, un gato que salio de la población Orval en Limache, V región de Chile, para cruzar la frontera en avión.
Palomo cambio el reggaeton por el tango, el blues, las canciones de Violeta Parra y de Víctor Jara, Serrat, El Temucano, Sabina, Enya, Oliver Shanti, Charly Garcia y quizás la Mona Gimenez.
Palomo fue educado para vivir en una casa, esto es que el gato aprendió a que solo se caga y se mea en un lugar y que ese lugar no es sobre los sillones ni sobre la ropa de Eva.
Eva y yo estábamos solos y Palomo era algo así como un juguete nuevo, pero en el buen sentido. Quiero decir que recibía mucha atención, nos resultaba gracioso y entretenido ver como iba descubriendo mundos entre los muebles, como mordía y pateaba los peluches que Eva tenia, como peleaba con Rodolfo, un reno que colgaba del árbol de navidad de mi esposa.Sufrió mucho porque yo actué como un miserable al descargar en el las frustraciones por los problemas burocráticos en Chile, con cosas que tienen que ver con Fichas de Protección Social de mi mujer y por las cagadas enormes de quien alguna vez fue su pareja (por llamarlo de alguna forma).
Es una historia que no viene al caso así que no me detendré pero quien haya tenido una ex pareja conflictiva quizás comprenda.
En fin, no trata del todo bien al gato y eso me molestaba porque me daba cuenta de ello. Por suerte es algo superado, eso cambio y para bien.
Palomo es bien cuidado, tiene sus vacunas y desde que cruzo la frontera no solo acentúa distinto las palabras convirtiendo esdrújulas en graves sino que también corre y corre por el patio, quiere atrapar bichitos, inspecciona la pileta e intenta trepar a los tapiales y salir del ambiente de la casa para inspeccionar la de los vecinos. Para que esto fuese así tuvo que padecer un poco y en ese padecimiento tuvieron que ver los choferes de los micros que no nos permitían llevarlo con nosotros y querían que viaje en el maletero con las valijas de todo el pasaje.
Jorge Contreras, encargado o jefe de los micros Ahumada en San Felipe no nos ayudo alegando que no se trataba de una cuestión sanitaria ya que Palomo cuenta con todas las vacunas, papeles en orden y con un canil con pañales, según dijo era por una cuestión de estética.
De San Felipe a Santiago viajo una hora y media en su canil dentro del maletero. El viaje siguió en avión pero aguardo el vuelo unas nueve horas encerrado.
Como es un gato piola se porto bien, no hizo ruido ni se ensucio.
Al llegar a Ezeiza -Aeropuerto internacional de Buenos Aires- tuvo que viajar otros 45 minutos en el maletero del micro de Manuel Tienda León hasta llegar a la estación de micros de Retiro.
Eva estaba indignada, lloraba y estaba muy asustada.En retiro decidí que vaciaríamos una de las mochilas y el gato iría de polizón en ella. Las cosas de la mochila fueron a parar al canil de Palomo. Eva subió al Chevalier con Palomo en su mochila, una guitarra y un abrigo como para hacer bulto y ocultar al pasajero intruso.
Yo deje las cosas en el maletero y luego subí.
A Palomo le dimos un cuarto de las pastillas para dormir que le recetó a Eva su doctor. La pastilla tardo en hacer efecto pero el gatito durmió y descansó gran parte del viaje de cuatro horas.
Boto mucho pelo en el viaje porque venia asustado desde que comenzamos a viajar el día 3 de enero.
La otra parte de la historia tiene que ver con el SAG de Quillota. En el Servicio Agricola y Ganadero nos pidieron muchas cosas y nosotros cumplimos con ellas.
Palomo tenia sus vacunas y el Dr. Veterinario Mauricio Laing de Limache le dio la antirrábica, lo desparasito y nos dio un certificado gratuitamente. Nos ayudo mucho, dio prioridad a la salud del gato y valoro nuestros esfuerzos dejando de lado el lucro personal.A diferencia del Dr. Laing y la gente de su consultorio, el personal del SAG se preocupo por cobrar los $5135 aquel 19 de enero. De echo no hicieron mas que eso, cobrar.
Luís Córdova, Dr. Veterinario según se publicita, no estaba aquel día en las oficinas del Servicio Agricola y Ganadero, estaba en terreno según dijeron. Días después tampoco estaba porque había pedido licencia médica para ese día viernes.
Cuando Eva logro hablar con él, Córdova le dijo que no podía extender el certificado del SAG sin la fecha exacta del viaje.
Aquí omitieron explicarnos algo y cuando intentaron esbozar una explicación lo hicieron mal.
Según dijeron en un primer momento el certificado del SAG tenia una validez de 10 días. Lo que no dijeron fue que el certificado extendido por el veterinario era valido por 10 días a contar de la fecha de emisión.
En todas las comunicaciones con el SAG nunca dijeron eso.
Cuando confirmamos la fecha del viaje para el día 8 de enero nos dicen que el certificado de Laing estaba vencido.
El día 3 de enero mientras separábamos el camión de la mudanza, Eva salio furiosa hacia la clínica del Dr. Laing a pedir su ayuda nuevamente.
Enojada no vio al Tío Manuel que iba a casa para ayudarnos a subir las cosas en el camión. El tío y Ricky colaboraron con nosotros.
La furia de Eva no era con Laing sino con el SAG.El Dr. de Palomo nuevamente nos dio su colaboración.
Logramos que Luís Córdova hable con el SAG de El Sauce, en la Aduana para que podamos tramitar el paso del gatito a la Argentina desde allí ya que estábamos parando en Panquehue tras entregar la casa a la inmobiliaria.
En la aduana de El Sauce no comprendían absolutamente nada.
Nosotros estábamos hartos de viajar y gastar dinero y por la cara de los funcionarios del SAG puedo deducir que Luís Córdova ahorro explicaciones cuando les aviso de nuestra situación, si es que aviso.
Enojados pero guardando las formas mostramos que el tramite estaba pago, cosa que les extraño porque según dijeron no debieron cobrarnos si no nos habían dado el certificado.
Reclame y alegue ante una gentil señorita pero que para su desgracia era mi interlocutora.
Le explique que el trámite era para pasar un felino a la Argentina, un animal.
Que quienes hacíamos esos trámites éramos personas y estábamos siendo maltratados o como se suele decir, nos trataron peor que a un animal.
Le dije que no iba a presentarle ningún certificado de mis vacunas pero que quería dejar asentado un reclamo.
En un libro que quizás nadie leerá se acumulan quejas, entre ellas la mía.
En el SAG de El Sauce fuimos bien atendidos.
Palomo mas limpio y mas vacunado que la gente promedio llego a destino pese a todo.
Al llegar al aeropuerto la señora del SENASA nos pregunta si tenía chip o pasaporte.
¿Si fue tratado como un bulto para que quiere un pasaporte?
¿Acaso los bultos llevan pasaporte y vacunas?
Deberían de replantearse esto.
Deberían de replantearse esto.
jueves, 20 de febrero de 2014
El gato que ocasionó un conflicto internacional
por Javier Sanz el 20 febrero 2014
http://historiasdelahistoria.com/2014/02/20/el-gato-que-ocasiono-un-conflicto-internacional
Creo que la mejor forma de presentar a uno de los protagonistas de esta historia es que lo hagan sus palabras…
Si no piensas en tu porvenir, no lo tendrás.
Aunque todo lo demás falle, siempre podemos asegurarnos la inmortalidad cometiendo algún error espectacular.
Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula.
Bajo el capitalismo, el hombre explota al hombre. Bajo el comunismo, es justo al contrario.
Cuanto mayor la riqueza, más espesa la suciedad.
Estas sentencias son obra de John Kenneth Galbraith, que además de escritor, profesor en la Universidad de Harvard y uno de los economistas más relevantes del siglo XX, también trabajó en las administraciones de varios presidentes de los EEUU. Bajo la presidencia deJohn F. Kennedy, y por amistad con éste, aceptó el nombramiento de embajador de los EEUU en la India en 1961, donde se convirtió en confidente del primer ministro Jawaharlal Nehru, asesoró al gobierno de la India en materia económica y ayudó a establecer uno de los primeros departamentos de informática en el Instituto Indio de Tecnología en Kanpur. Pero también tuvo que lidiar con un conflicto enquistado entre la India y Pakistán, el territorio de Cachemira. Las relaciones entre estadounidenses y pakistaníes eran demasiado tensas, éstos tenían la certeza de que estaban ayudando militarmente a la India.
En 1962, durante un viaje de su mujer Catherine Galbraith y sus hijos a la India, visitaron el estado de Gujarat y el gobernador, por aquello de quedar bien con la familia del embajador, les regaló a los niños una pareja de gatos siameses. El nombre de uno de los gatos no se conoce y el del otro, visto lo visto, casi habría sido mejor que tampoco se conociese… le pusieron Ahmedabad, la ciudad donde habían nacido, pero en casa al gatito lo llamaban “Ahmed” -uno de los nombres del profeta Mahoma en el mundo islámico-. Todo estalló cuando Catherine concedió una entrevista e hizo referencia a su gatito Ahmed. Cuando la noticia llegó a Pakistán, se interpretó como un insulto al Islam: la gente se echó a las calles, las instalaciones estadounidenses fueron apedreadas y los trabajadores de la embajada atacados. Ante aquel revuelo, y para evitar males mayores, John Kenneth Galbraith le cambió el nombre al gatito por el de Gujarat…
Fuera de la diplomacia nunca se entenderá el daño que pudo ocasionar el nombre de un gatito
http://historiasdelahistoria.com/2014/02/20/el-gato-que-ocasiono-un-conflicto-internacional
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